Rayando libros
Llevo años anotando mis libros y ya es casi una segunda naturaleza para mí, pero (como has de imaginarte) me tomó tiempo llegar a donde estoy, así que hoy te voy a contar un poco de mi viaje y experiencia rayando mis libros :)
Comencé a anotar mis libros cuando estaba en segundo de secundaria (más o menos a mis 14 años), influenciada por booktubers como Fa Orozco y Alexis Ayala. No recuerdo haber tenido un propósito claro cuando comencé; quizás es que quería que mis libros se vieran como los de la gente a la que admiraba, o que quería sentirme parte de la comunidad lectora. Sea como sea, ese comienzo fue bastante accidentado y me llevó por todo tipo de sistemas extraños (desde tratar de corregir la ortografía de libros ya publicados hasta buscar y transcribir la definición de palabras que no conocía), pero conforme fui avanzando encontré un par de sistemas que a día de hoy me funcionan. Te los explico:
Sistema 1: Anotar por gusto
Este es el sistema que más uso; la mayor parte de lo que leo es por gusto, así que puedo darme el lujo de poner mis propias reglas y seguirlas tanto o tan poco como yo quiera.
Advertencia: las imágenes que uso para ejemplificar podrían contener spoilers
Pluma azul
Me gusta la tinta azul porque contrasta con la negra que se suele utilizar en la impresión de libros. La utilizo sobre todo para dibujar corchetes y resaltar fragmentos largos de texto.
Mis notas y comentarios también van de azul: escribo lo que sea que el fragmento me haya hecho pensar, incluso si es sólo una reacción pequeña como un "jaja" o unos versos de alguna canción de Taylor Swift en inglés.
Marcatextos de colores
Tengo varios marcatextos en colores pastel que utilizo sólo en mis libros. Con ellos marco fragmentos pequeños o meras frases.
Aunque la mayor parte del tiempo, los utilizo para resaltar una parte de algo que ya había puesto entre corchetes, como si eso que está subrayado fuera lo realmente importante y todo lo demás fuera el contexto necesario.
Como podrás notar, mis libros están subrayados con muchos colores, pero la verdad es que no suelo seguir un código de colo, sino que me dejo llevar por el marcador que más me apetezca en el momento (o por el que sienta que no he usado en un buen rato).
A veces utilizo un sólo color de marcatextos por libro, tratando de combinar con la portada, pero como siempre, depende de lo que me apetezca en el momento. En Imogen, obviously traté de ir rotando los colores rosa, morado y azul, porque son los colores de la bandera bisexual y gran parte del arco de la protagonista es el descubrimiento de su propia sexualidad.
Post-its / banderitas de colores
Los que más me gustan son los plastificados, los semi transparentes, porque permiten leer lo que hay debajo sin necesidad de estarlos quitando o moviendo. Los coloco justo donde empieza lo que sea que haya marcado en la página, poniendo sólo uno, aunque las anotaciones sean muchas. Al igual que los marcatextos, trato de que el color sea el mismo de la portada, y cuando uso varios colores, no siguen ningún código específico.
Post-its medianos y grandes
Los utilizo cuando no tengo suficiente espacio en la página para escribir todo lo que el libro me hizo sentir y pensar o cuando no quiero que lo que sea que vaya a escribir sea permanente, lo que funciona muy bien cuando quieres escribir tus teorías sobre un libro de misterio pero le tienes miedo a equivocarte, por ejemplo.
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Fragmento de El mundo desplazado, de Paulette Jonguitud A la izquierda, cita de "Never Grow Up", de Taylor Swift |
También he anotado libros prestados (¡siempre con permiso!) utilizando puros post-its. A mis amigos les gusta porque dicen que sienten que leen el libro conmigo a su lado.
Uno de mis libros anotados más caóticos es Any way the wind blows. Tuve que usar varios post-its y pedazos de hoja para escribir todo mi análisis y opinión sobre una escena específica. No me arrepiento.
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Sello de biblioteca
Tengo un sello personalizado que utilizo para marcar mis libros una vez que los termino de leer, cuando estoy segura de que se van a quedar en mi biblioteca por mucho, mucho tiempo. La tinta morada definitivamente no tiene nada que ver con mi álbum favorito de Taylor Swift, ¿por qué preguntas?
Sistema 2: Anotar para la escuela
Mi sistema personal tuvo que evolucionar cuando entré a la universidad, y cuando creía que ya había terminado de perfeccionarlo, tenía que volver a modificarlo para adaptarme a las nuevas materias y tipos de análisis.
El sistema que te voy a compartir ahora es la base, el común denominador, de todos los que utilicé a lo largo de mi carrera.
Pluma azul
Mis comentarios, dudas y cuestionamientos personales. Si encontraba algo que me gustaba y que marcaría en una lectura no académica, también lo enmarcaba entre corchetes.
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Fragmento de Otra vuelta de tuerca, de Henry James |
Pluma roja
Los comentarios y análisis de los profesores, sobre todo si se trataba de poesía u obras clásicas. Si había algo que mencionaban mucho durante las clases, regresaba al libro y lo enmarcaba entre corchetes rojos. Me sirvió mucho para comparar mis interpretaciones con las de mis profesores.
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Fragmento del soneto 148 de Sor Juana |
Marcatextos rosa
Un marcatextos rosa fluorescente fungía más o menos igual que los marcatextos pastel de mi primer sistema, sólo que estaba sujeto a lo que mencionaran los profesores. Si citaban un fragmento pequeño durante clase, o si repetían un verso varias veces, lo más seguro es que yo lo marcara de rosa.
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Continuación del soneto 148 de Sor Juana |
Marcatextos amarillo vs marcatextos verde
Otros dos marcatextos fluorescentes. Esta vez, el color amarillo fungía exactamente igual a mis marcatextos pastel del primer sistema, mientras que el marcatextos verde estaba reservado para los fragmentos que me disgustaban o con los que no estaba de acuerdo. Este pequeño código de color me sirvió mucho durante mi Taller de Crítica Literaria; aprendí a reconocer lo que me gusta y disgusta de las historias y personajes que leo.
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Fragmento de La naranja mecánica, de Anthony Burgess |
Aquí es donde confieso, querido lector, que el mantener bajo mi nivel de seriedad a la hora de anotar mis libros me ayudó a sobrevivir la universidad. Me gusta muchísimo La naranja mecánica, pero, si has leído el libro o visto la película, seguro sabes que Alex es un personaje bastante violento.
Te comparto algunas de mis notas:
Marcatextos de colores
Dependiendo de la clase, me inventaba un código de color diferente. A veces teníamos que identificar un tema o motivo dentro del libro, y otras veces teníamos que analizar un texto según qué función cumplía cada una de sus oraciones.
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Códigos de color para el análisis de Los asesinos, de Ernest Hemingway |
En Luces de bohemia, además de amarillo y verde, tengo diálogos subrayados de rosa porque me tocó interpretar esos personajes para nuestro trabajo final.
Post-its
Aunque se trataran de banderitas, casi siempre eran de papel porque así podía escribir sobre ellos y recordar exactamente por qué marqué lo que marqué. No le daba mucha importancia al color. Cabe recalcar que muchas de mis lecturas universitarias fueron digitales, por lo que tampoco tenía mucha necesidad de usar post-its.
Los pos-its grandes cumplían la misma función que los de mi sistema personal: ser espacio extra para escribir mis opiniones y comentarios.
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Fragmento de La naranja mecánica, de Anthony Burgess |
Pregunta y respuesta
¿Por qué rayar libros?
Porque es divertido. Me gusta utilizar artículos de papelería y me gusta tomarme el tiempo de escribir y marcar mis libros; es mi forma de robarme lo que más me gusta de la literatura y de desahogarme cuando un libro no cumple mis expectativas. Los dos libros que más he disfrutado anotar han sido Any way the wind blows y Los ojos de Luna y el fin de los cometas, uno porque me gusta demasiado y el otro porque la protagonista era insoportable; creo que representan mis extremos en cuanto a interacción con personajes.
Otra razón es el análisis de las obras; anotar mis libros me ha ayudado a reconocer y apreciar el estilo de mis autores favoritos y a encontrar simbología y analogías que a lo mejor no habría notado en una lectura rápida. Me siento con la seguridad de afirmar que La naranja mecánica no se habría convertido en uno de mis clásicos favoritos de no haberlo anotado.
¿Me arrepiento de haber rayado mis libros?
La mayoría de las veces no. Hay algunos libros (sobre todo los primero que anoté) que me da vergüenza revisitar, pero aún así les tengo cariño porque todas esas anotaciones se terminaron convirtiendo en testimonios de la persona que alguna vez fui.
En general se me hace muy curioso leer mis anotaciones pasadas, porque a veces son cosas que no anotaría hoy en día, y otras veces son como pequeños tesoros que ya había olvidado y que agradezco recordar.
Y a ti, ¿te gusta anotar tus libros?
Nos leemos :)
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